He de confesar que no me gusta la mezcla de este album; pero afortunadamente, ésto último se ve opacado por el virtuosismo reflejado en el feeling y no en la velocidad. John Frusciante es un músico con un gran don: Hacer que cada cuerda de su guitarra adquiera vida propia.Olviden que John no canta, quien canta es su Fender Stratocaster.
Curiosamente me compré este disco hace varios años y lo escuchaba mientras la lluvia caía, como ahora, como hoy. Si salen muy temprano de sus casas; cuando aún no sale el Sol, y pueden ir escuchando música, esta es una excelente opción. Un ejemplo de la capacidad de este guitarrista es el track 8: Ramparts, en tan sólo 1 minuto con 12 segundos y cuatro guitarras te hace volar sobre las nubes. Una letra que llega más allá de tus oídos la encontrarán al inicio del disco: Going Inside.
Sus discos son caros, pero siempre valen la pena.
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